IN-FAR-TAN-TE
Bocastellano no gusta, no golea, pero gana. Esta afirmación, más que una crítica destructivamente negativa, es un desafío para los encuentros posteriores, por cuanto nuestro plantel tuvo que bregar, pegar, discutir, en definitiva, luchar más de la cuenta para vencer hoy al sólido equipo de Física.
Bocastellano no gusta, no golea, pero gana. Esta afirmación, más que una crítica destructivamente negativa, es un desafío para los encuentros posteriores, por cuanto nuestro plantel tuvo que bregar, pegar, discutir, en definitiva, luchar más de la cuenta para vencer hoy al sólido equipo de Física.
Bocaste saltó a la cancha con Juanito en portería: Mabri, Matías y Felipe en defensa; Taro, Cristian y Colorado en mediocampo; David en delantera. Los primeros pasajes del partido transcurrieron de forma normal: ambos cuadros buscaron el arco rival, aunque nuestro equipo dominó más el balón y se creó mejores ocasiones de gol. A pesar del eminente dominio, el balón no ingresó en el arco enemigo y el grito de gol se ahogó en las gargantas de los jugadores oro y cielo. 20 primeros minutos y el global cero a cero.
MORDIENDO EL POLVO
Aun cuando se respiraba optimismo en el terreno de juego, y comenzando la segunda etapa, un error de Juanito (se le soltó el balón luego de un "complicadillo" tiro libre) y la posterior “avivada” de uno de los delanteros Newtonianos significó quedar 1-0 abajo en el marcador. De ahí en más, el nerviosismo y la desesperación se hicieron presentes en nuestros jugadores, lo que significó desconcentración y, peor aún, la segunda estocada del cuadro verde luego de una jugadaza del número 6, quien eludió a cuanto rival se puso en frente y definió con categoría a un costado del portero. 2-0 en contra y las respuestas se hacían más que necesarias.
RETOBAR NUNCA, CAGARSE JAMÁS
Lo que siguió fue otra historia -o simplemente Historia-. Las discusiones, retos, calenturas y frustraciones se invirtieron en ganas, huevos, cojones y demás tecnolectos futbolísticos. Claramente con más pachorra que fútbol, Bocaste salió a hacerle frente al adverso panorama: para ello, Mabri asumió la labor de volante y Colorado ocupó la posición de stopper por derecha. El juego de nuestro equipo se tornó peligrosamente ofensivo, no obstante, tuvo sus frutos: una serie de rebotes en el área terminó con un autogol algo confuso, pero gol y descuento al fin y al cabo. La diana recién convertida se transformó en un tubo de oxígeno y en motivación adicional para alcanzar, para ese entonces, el ansiado empate. La presión ejercida por Bocaste dio resultado, ya que luego de un preciso córner de Taro, David logró impactar el balón y de primera marcó el 2-2. Cuento aparte el de Matías, quien fue duramente imprecado por el plantel rival debido a sus fuertes –digámoslo: ¡necesarias!- entradas y violentos cruces. El Pitbull es el Pitbull.
¡ME PONGO DE PIE, SAPOTE!
Quien afirme que las fuerzas externas no existen en el fútbol que revise los videos (?) de la parte final. El Colorado, fuertemente criticado durante el encuentro debido a sus constantes pérdidas de balón, recibió el esférico luego de una gran jugada colectiva y definió no de la mejor manera; sin embargo, la mano todopoderosa y omnipotente de Alá, Jehová, Omar Gárate o Tony Kamo –vaya a saber uno quién rige el destino trágico de Bocaste- hizo que, en una truncada jugada, el balón rebotase en el pelirrojo mediocampista e ingresara pegado al poste derecho del meta: 3-2 y a aguantar los cuatro minutos restantes.
FINAL CALIENTE
Si hay que aguantar, el Pitbull es de esos que no se achican, sino más bien se agrandan. Una serie de jugadas polémicas encendieron el ambiente: el peligroso delantero de Física cayó adolorido y ensangrentado al suelo después de una fuerte entrada de Matías, y el referí decidió terminar el encuentro entre gritos y puteadas dignas de Paty Cofré.
Tres puntos al bolsillo y lo demás a
